UN NUEVO SENTIR DE PAZ

 

Pensamiento Para El Día

No hay nada que Dios no pueda redimir

LEER Salmo 121:1 – 8

A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.

Salmo 121:1 – 2 (NVI)

 

En el 2007, mi hijo Deon, de 29 años, fue asesinado. Era una persona cariñosa y generosa. El dolor que atravesé fue tremendo. Lloré por meses durante mi quebranto, consumida por un dolor inimaginable.

Un día, sentada en silencio, le pregunté a Dios: «¿Por qué?». En ese momento, sentí que Dios me indicaba que mi dolor podría aliviarse, si yo lo permitiese. Finalmente, comenzó el proceso de alivio. Comencé al dar gracias a Dios por sostenerme y por restaurar la paz en lo profundo de mi ser. También, le di gracias a Dios por haberme dado a mi hijo, por el tiempo que pasamos juntos y el gozo que compartimos durante su vida.

Unos años más tarde, me centraba en compartir mi testimonio con otras personas que también habían sufrido la pérdida de un hijo. Como resultado, me sentí aun más cerca de Dios. Aprendí el verdadero perdón y compasión por los demás al compartir mi experiencia con ellos. Dios puede redimir los actos de maldad y el sufrimiento. Para mí, estos encuentros con otros que están en duelo son ejemplos de una redención divina.

Oración: Padre Celestial, gracias por tu misericordia. Gracias por apoyarnos con tu fortaleza durante los momentos más difíciles. Amén.

Sra. Florece Graham (Carolina del Norte, EE. UU.)

Oremos: POR QUIENES SUFREN LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO

Comparte esto:

Facebook
WhatsApp
LinkedIn
Email
Print